Esta situación le ha creado la necesidad de construir locaciones precisas que le permitan realizarlo, desde el templo de Baal en Asia Menor (Líbano), Stonehenge en Inglaterra, el Caracol en Chichén-Itzá, México, hasta el telescopio "Hubble", puesto en órbita en 1990 por Estados Unidos. Es un lugar destinado a la observación de los astros, por lo general en lugares ubicados en zonas altas o en montañas. Desde la antigüedad, el hombre ha tenido curiosidad por escudriñar el cielo.
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