Es una enfermedad crónica e incurable que afecta, generalmente, a personas del sexo masculino mayores de 60 años. Se caracteriza por temblores frecuentes en las manos y por la rigidez muscular en el torso. Poco a poco el temblor se extiende hacia el rostro, brazos y piernas.
Las causas de este mal aún no se han podido identificar; se cree que es provocado por la lenta y progresiva destrucción de algunos núcleos situados en la base del cerebro, los cuales controlan los movimientos musculares. Entre los factores que influyen en la aparición de esta enfermedad, se encuentran la herencia, los traumatismos craneoencefálicos, la arterioesclerosis y la edad.
El tratamiento de esta enfermedad sólo consigue reducir la intensidad y frecuencia de los temblores; consiste en la medicación de fármacos, en la intervención quirúrgica en el cerebro y, recientemente, en el trasplante de células neuronales embrionarias, las cuales son capaces de producir dopamina.
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