Es un sistema de comunicación a través de un aparato que recibe impulsos electrónicos y los convierte en imágenes y sonido. La señal se genera en una empresa televisora que la envía a los receptores por medio de antenas, cables o satélites. El televisor capta las señales y las convierte en electrones que barren la pantalla a gran velocidad. La rapidez del proceso hace que se formen las imágenes. La ilusión del movimiento se logra al proyectar 32 cuadros por segundo.
Esta pantalla contiene un compuesto químico a base de fósforo que reacciona ante los electrones produciendo destellos de color, los cuales se mezclan para crear un determinado número de líneas por segundo. Al mismo tiempo, se captan ondas que forman los sonidos complementarios a la imagen.
La información obtenida también puede grabarse en una cinta de video para luego reproducirla en una videocasetera doméstica y en el televisor.
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