Los peces tienen escamas mesodérmicas, es decir, entre dos capas de piel para formar una coraza, con la función de proteger sus órganos internos.
Algunos reptiles también poseen escamas, pero éstas, a diferencia de las de los peces, se distribuyen por encima de la piel del animal. Las distintas clases de peces presentan diferentes tipos de escamas: algunos poseen las placoideas, que son pequeñas láminas formadas de un esmalte parecido al de los dientes. Las escamas cosmoideas se forman de una capa interna de hueso y otra de un esmalte llamado cosmina. Las escamas tenoideas, que son flexibles sin recubrimiento de esmalte, en forma de láminas y de orillas irregulares. Las escamas ganoideas tienen forma de rombo, son aplanadas y se componen de hueso recubierto con ganoina, que es la sustancia que les da la brillantez. En las escamas se observan unas líneas que permiten saber la edad del animal.
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