Es el pseudónimo de Angela Ramos (1876-1958), hija de Angel Susana Ramos y Rebeca Cesárea Aguilar. El sacerdote José Eugenio Narváez le puso `Juana Gallo' porque en la escuela mostró su carácter bravucón y aprovechaba casi cualquier oportunidad para iniciar una pelea. Sin embargo el apodo la marcaría de por vida. En el libro La verdadera Juana Gallo, de Ignacio Flores Muro (publicado en 1979), se relata que cuando el comandante Benjamín Hill comenzó a clausurar los templos de Zacatecas, la joven que vendía tacos de canasta en las cantinas lo enfrentó. Sin embargo, Juana no participó como tal en la Toma de Zacatecas y tampoco fue soldadora durante la Revolución. Flores Muro la describe sólo como "una figura pintoresca y popular, por su actitud desafiante, durante el periodo cristero". María Félix le dio vida en el cine.
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