Es la captación de imágenes de objetos unicelulares, como bacterias y virus, y de tejidos imperceptibles a simple vista por su reducido tamaño. Se auxilia del microscopio electrónico para obtener más de un millón de aumentos del objeto en observación.
Las formas más elementales de vida, como los ácidos nucleicos y otras biomoléculas, han podido ser estudiadas gracias al microscopio electrónico que transmite las imágenes a la pantalla de un monitor, para luego imprimir copias fotográficas que ilustran cientos de publicaciones científicas. De esta manera ha sido posible observar la organización pluricelular del tejido vivo, el interior de los granos de polen de una flor, la estructura multicolor de un grano de azúcar, los glóbulos rojos que contiene la sangre humana, los parásitos unicelulares que provocan enfermedades, la epidermis de una hoja, etcétera.
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