La escultura. Los aztecas lograron realizar lo que se considera la pieza más perfecta de la época precolombina; la Coatlicue (diosa madre de la Tierra, de las estrellas, la Luna y el Sol). Además esculpieron bellas figuras de Huitzilopóchtli (dios principal del Sol y la guerra e hijo de Coatlicue) y Quetzalcóatl (divinidad suprema). Destaca por su significado el Calendario Azteca o Piedra del Sol. Asimismo, la obra monumental más antigua de Teotihuacán y, al mismo tiempo, la construcción más imponente de la ciudad y una de las mayores de Mesoamérica es la Pirámide del Sol, edificada a
principios de la era cristiana, que permitió la aplicación de nuevas técnicas de construcción; al igual que la Pirámide de la Luna y el templo de Quetzalcóatl, las cuales son testimonios indudables de las creencias religiosas de los aztecas.
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